Sobre coleccionismo se han escrito no sé cuantos libros, en todas las épocas, en todo el mundo, y cada vez que uno tiene acceso a una colección, se vuelven a encender todas las alarmas, la emoción revive, es nueva, distinta a la o las anteriores. Y cuando se le concede a uno hurgar en ella, es un agasajo sin igual: a medida que aparecen las obras te vas dando cuenta qué le interesaba al colector, por dónde andaban sus pensamientos, sus filias, su gusto.
Cuando se trata de Carlos Monsiváis, quien ha reunido un poco de todo (es un decir, porque más bien es un mucho de todo) y que gracias a la labor que ha llevado el Museo del Estanquillo durante varios años, hemos podido conocer lo que a él le llamó la atención en lo que se refiere a las artes visuales del siglo XX (pintura, dibujo, grabado y fotografía, principalmente).
Es natural que hayamos visto algunas -no muchas- de las piezas aquí expuestas, en el marco de otras exposiciones, en las que fueron incluidas en el contexto del tema que se estaba presentando; pero hoy el contexto es otro: solamente darnos una vuelta… un paseo para apreciar las cualidades artísticas, sin ningún tema específico. En estos días suena un poco raro, pues se ha caído en la costumbre de “el tema” de la muestra. Aquí no es el caso. Vamos a compartir con Carlos el gusto de disfrutar los colores, texturas, estilos, épocas. Nos vamos a encontrar paisajes, retratos, escenas de baile, escenas urbanas, lúdicas. Todo ello en las técnicas y estilos más diversos realizadas por grandes artistas mexicanos que trabajaron durante el siglo XX, y algunos también a principios del XXI. No era relevante para Carlos Monsiváis si tal o cual obra estaba elaborada en tal o cual técnica, en tal o cual estilo; he llegado a la conclusión de que se dijo a sí mismo: “que bella es, qué impactante su trazo, o su luz y sombra, o su color”, y hasta allí.
Las sorpresas serán múltiples, pues hay piezas que no han sido vistas por el público; es decir, se exhiben por vez primera, no sólo en este Museo, sino desde que fueron adquiridas por Carlos.
Justamente ésa fue la idea de este proyecto que hoy se pone a la disposición de quienes visitan el Museo del Estanquillo: presentar obras de óptima calidad artística que Carlos coleccionó en distintas etapas de su vida. Es un hecho que veremos a artistas que estarán mejor representados que otros con mayor cantidad de piezas. Dejemos a la imaginación las razones de esta situación. Asimismo, no fue posible mostrar todo lo que se ha encontrado, pues el acervo es vasto, así que, seguramente, habrá en un futuro otra muestra similar.
Además, al incluirse en el montaje una serie de libros y catálogos se hace evidente no sólo que Carlos Monsiváis fue un gran coleccionista, sino también presenciamos su enorme interés por compartir sus observaciones e inquietudes sobre las artes plásticas desarrolladas en México.
Miriam Kaiser